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jueves, 16 de octubre de 2008

ENCEFALOPATIA HEPATICA

Definición

Es un daño al cerebro y al sistema nervioso que se presenta como una complicación de trastornos hepáticos. Este trastorno causa diferentes síntomas neurológicos, incluyendo cambios en los reflejos, cambios en el estado de conciencia y cambios en el comportamiento, que pueden fluctuar de leves a graves.

Causas, incidencia y factores de riesgo

La encefalopatía hepática es causada por trastornos que afectan al hígado, como aquellos que reducen la función hepática, tales como la cirrosis o la hepatitis, y a causa de afecciones por las que la circulación sanguínea no entra al hígado. La causa exacta de esta afección se desconoce.

Sin embargo, cuando el hígado no puede metabolizar ni volver inofensivas las sustancias tóxicas en el cuerpo, se presenta la acumulación de dichos tóxicos en el torrente sanguíneo. Una sustancia que se cree que es particularmente dañina para el sistema nervioso central es el amoníaco, el cual es producido por el cuerpo cuando las proteínas son digeridas y que normalmente el hígado lo hace inofensivo. Además, muchas otras sustancias también se pueden acumular en el cuerpo si el hígado no está funcionando bien y se agregan al daño hecho al sistema nervioso.

En personas que a excepción de esto presentan trastornos hepáticos estables, la encefalopatía hepática se puede desencadenar por sangrado gastrointestinal, consumo excesivo de proteína dietética, anomalías electrolíticas (especialmente la reducción de potasio, que puede ser consecuencia del vómito o de tratamientos como la paracentesis o por tomar diuréticos), infecciones, enfermedad renal y procedimientos que desvían la sangre más allá del hígado.

La encefalopatía hepática también puede ser provocada por cualquier afección que ocasione alcalosis, niveles bajos de oxígeno en el cuerpo, uso de medicamentos que inhiben el sistema nervioso central (como los barbitúricos o los tranquilizantes benzodiacepínicos), cirugía o algunas veces cualquier enfermedad coincidente.

Los trastornos que imitan o enmascaran los síntomas de la encefalopatía hepática son, entre otros, la intoxicación con alcohol, una sobredosis de sedantes, el síndrome de abstinencia del alcohol complicado, el síndrome de Wernicke-Korsakoff, un hematoma subdural, la meningitis y las anomalías metabólicas tales como el azúcar bajo en sangre.

La encefalopatía hepática puede presentarse como un trastorno agudo y potencialmente reversible o como un trastorno progresivo y crónico asociado con enfermedad hepática crónica.

Síntomas

Signos y exámenes Volver al comienzo

Los síntomas neurológicos pueden cambiar. El temblor muscular brusco, "con aleteo o sacudida" se puede observar durante el movimiento voluntario, como cuando la persona intenta sostener los brazos al frente del cuerpo.

El examen del estado mental será anormal, en particular en tareas cognitivas (del pensamiento), como conectar números con líneas.

Se puede sospechar o conocer la presencia de la enfermedad hepática y se pueden observar signos de dicha enfermedad, como ictericia (ojos y piel amarillos) y ascitis (acumulación de líquidos en el abdomen). Algunas veces, se presenta un olor a moho característico del aliento y la orina.

Los exámenes de sangre pueden ser inespecíficos o pueden revelar una insuficiencia hepática:

Tratamiento Volver al comienzo

La encefalopatía hepática es una afección aguda que puede llegar a representar una emergencia médica y que requiere hospitalización.

Los objetivos del tratamiento son, entre otros, brindar una terapia de soporte vital, eliminar o tratar las causas y eliminar o neutralizar el amoníaco y otras toxinas. La terapia de soporte vital puede incluir asistencia respiratoria o circulatoria, especialmente cuando se presenta coma. El cerebro se puede inflamar, lo cual puede ser potencialmente mortal.

Se deben identificar y tratar las causas, al igual que detener el sangrado gastrointestinal y retirar la sangre de los intestinos, dado que ésta se descompone en partes proteínicas que se convierten en amoníaco. De la misma manera, es importante tratar las infecciones, la insuficiencia renal y las anomalías electrolíticas (especialmente potasio).

En pacientes con casos repetitivos y severos de encefalopatía, se les puede solicitar que reduzcan la proteína en la dieta con el fin de bajar la producción de amoníaco. Sin embargo, es importante la asesoría dietética, ya que muy poca proteína en la dieta puede contribuir a la desnutrición. Asimismo, puede ser necesaria la alimentación con fórmulas especiales por vía intravenosa o entérica para pacientes graves.

La lactulosa se puede suministrar para evitar que las bacterias intestinales produzcan amoníaco y como un laxante que facilita la evacuación de sangre intestinal. La neomicina también se puede utilizar para disminuir la producción de amoníaco por parte de las bacterias intestinales. La rifaximina, un nuevo antibiótico, también es efectiva en la encefalopatía hepática.

En lo posible, se deben evitar los sedantes, los tranquilizantes o cualquier otro medicamento que sea metabolizado o excretado por el hígado, al igual que los medicamentos que contengan amonio (como ciertos antiácidos). Igualmente, se pueden recomendar otros medicamentos y tratamientos con resultados variables.

Expectativas (pronóstico) Volver al comienzo

La encefalopatía hepática aguda puede ser corregible, mientras que las formas crónicas de la enfermedad a menudo empeoran. Ambas formas pueden ocasionar un coma irreversible y la muerte, con una tasa de mortalidad de aproximadamente el 80 % (8 de cada 10 pacientes) si el coma se desarrolla. La recuperación y el riesgo de recaída son variables.

Complicaciones Volver al comienzo